Trauma psicológico: qué es y tipos
¿Recuerdas aquella vez, de niña, cuando jugabas en el parque, al tropezar caíste al suelo y te raspaste las rodillas? Alguien querido te ayudó a levantarte y curó las heridas. Te dijo: “Seguro duele mucho, ya verás que mejoran”. Con el tiempo se fueron curando y, ahora, solo queda la cicatriz y el recuerdo. El dolor ya no. ¿Qué ocurre cuando, hace años, te sentías sola o incomprendida y nadie supo darte la comprensión y el apoyo que necesitabas? Se abrió una herida que no se ha curado y, por ello, el dolor continúa.
Las heridas del pasado
Trauma, del griego “herida”, es un choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente. Ese choque emocional puede ser un suceso en particular o varios en su complejidad, que arrasan con tu seguridad. El impacto consigue deteriorar tus pilares, tanto físicos como mentales, empiezan a agrietarse y por las hendiduras se cuelan el miedo, el estrés y el bloqueo. El trauma no es el evento en sí, el trauma es cómo la persona lo vive en relación a cómo su entorno la sostiene.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de trauma?
Cuando hablamos de trauma, rápidamente imaginamos un suceso catastrófico como huracanes, guerras o accidentes aéreos. La vivencia de un evento de tal magnitud puede dificultar el procesamiento adecuado en la persona, provocando a la larga una serie de síntomas que incapaciten su vida cotidiana. A esta impactante vivencia la conocemos como trauma con T mayúscula. Es fácilmente reconocible debido al peligro inminente que recae sobre nuestra vida. El trauma con T es la explosión emocional de nuestro cuerpo ante la dificultad de afrontar una amenaza vital.
Como puedes imaginar, existe el trauma con t minúscula. Trauma con t supone la vivencia, la reacción de la mente ante situaciones aparentemente inofensivas pero recurrentes en el tiempo. Es la dificultad de la persona para asimilar sucesos vividos, comentarios recibidos o la ausencia de apoyos necesarios, que se han acumulado en el tiempo. Cuando somos pequeñas, necesitamos de nuestros padres o cuidadores para sobrevivir, desarrollarnos y vincularnos de una forma sana y segura.
¿Qué ocurre cuando ese cuidador o cuidadora no está presente ni física ni emocionalmente? ¿Sus comentarios han sido dañinos o ambiguos? Durante el instituto, ¿cuánto y cómo te exigían tus padres sobre los estudios? ¿Ocultabas algún problema o preocupación con tal de no molestar? Todo esto, deja huella. Hiere. Hace mella en nuestro cuerpo que, con el paso del tiempo, al no ser capaz de procesar todas estas situaciones (o la falta de ellas), se manifestarán en malestar emocional, inseguridad, ansiedad e infinidad de síntomas.
¿En qué situaciones y circunstancias hablamos de trauma con t?
- Invalidación, por ejemplo, cuando llorabas y te decían “llorar es de niñas”, “no llores, te pones muy fea”, “no te enfades, no te pongas así”, “ahora no vengas arrepentido”.
- Invisibilidad, es decir, no había nadie, física o emocionalmente, a quien contarle y con quien procesar algo difícil. Nadie vio que sufrías bullying en el colegio.
- Abandono, te sentías sola porque no había nadie física ni emocionalmente presente que te sostuviera.
- Rechazo, al igual que la invalidación, lo que tú decías no contaba. Aunque expresaras tus necesidades, se descartaban o ignoraban.
- Injusticia, vivir repetidas comparaciones hacia otros, como hacia tus hermanas o amigas. Comentarios del tipo “ojalá fueras igual de educada y simpática como tu amiga”, “a ver si estudias como tu hermano”, “tu amigo sí que ha conseguido un buen trabajo, no como tú”.
- Traición, cuando tus figuras de apego te mentían o escondían información.
- Humillación, sufrir la crítica y el abuso verbal por parte de tus cuidadores. Por ejemplo, “qué gorda estás”, “no sirves para nada”, “a ver si te vas ya de casa” y un largo etcétera que duele al recordar.
Puedes seguir leyendo sobre heridas de la infancia y cómo tratarlas aquí. Además, si necesitas ayuda para sanar esas heridas del pasado, estoy aquí para ayudarte en el proceso de reprocesamiento y reconciliación contigo misma.
Hasta pronto.