Beneficios de la terapia cognitivo conductual
La terapia cognitivo conductual es una modalidad terapéutica que ha ganado popularidad por su eficacia y enfoque práctico. Esta terapia se centra en la relación entre pensamientos, emociones y comportamientos, ayudando a los pacientes a identificar y cambiar patrones disfuncionales. Sigue leyendo para aprender más sobre ella y sus beneficios terapéuticos.
¿Crees que podrías necesitar terapia psicológica?
¿Qué es la terapia cognitivo conductual?
La terapia cognitivo conductual se basa en encontrar la relación entre nuestros pensamientos, sentimientos y forma de actuar. La premisa principal es que nuestros pensamientos median entre lo que ocurre y las consecuencias emocionales y conductuales que esto tiene sobre nosotros. Es decir, que nuestra interpretación de la realidad incide en cómo nos sentimos y cómo actuamos en consecuencia.
Por ejemplo: son las 2 de la mañana, estás en tu cama y escuchas un cristal romperse. Si piensas “han entrado a robarme” probablemente sentirás mucho miedo y actuarás escondiéndote o saliendo a pelear contra el ladrón. Pero tu pareja, que duerme a tu lado, piensa “habrá roto una copa el vecino” y sigue durmiendo plácidamente porque se siente en calma.
¿Cómo funciona la terapia cognitivo conductual?
La terapia cognitivo conductual intenta que, al cambiar el modo en que pensamos, interpretamos la realidad o vemos el mundo, cambiemos también cómo nos sentimos, el malestar. A este proceso o modo de intervención le llama reestructuración cognitiva.
El objetivo es que, al poner bajo tela de juicio nuestras creencias, podamos aprender a ver el mundo de formas distintas, ampliando así la flexibilidad psicológica. Esto ayudará también a que nos comportemos de forma distinta.
En el proceso de terapia, mediante la conversación con el terapeuta y mediante algunos ejercicios, se revisarán las creencias irracionales (esas que damos por hecho sin cuestionar), los pensamientos automáticos (que surgen casi sin planteárnoslo ante ciertas situaciones disparadoras) y las distorsiones cognitivas (formas limitantes y rígidas de verme a mí mismo, a los demás o al mundo).
Además, la terapia cognitivo conductual emplea técnicas como la relajación, la respiración diafragmática y algunos experimentos conductuales para ayudarte a cambiar progresivamente tu malestar, como por ejemplo la exposición o la desensibilización.
Beneficios:
- La terapia cognitivo conductual es una terapia muy estructurada, donde se van dando pasos progresivos hasta alcanzar los objetivos propuestos. Cada sesión tiene un propósito claro y se trabaja sobre ello. Por tanto, es un enfoque muy práctico que se puede aplicar fácilmente.
- Como se establecen objetivos claros y medibles al inicio de la terapia, se puede evaluar el progreso fácilmente.
- Es una terapia muy práctica, se enseña al paciente a realizarlo por su cuenta y se enseñan habilidades que puede practicar fuera de la consulta.
- Tiene una duración determinada, se puede llevar a cabo en una media de 12 a 20 sesiones si quieres trabajar problemas muy concretos.
- Es la terapia psicológica más estudiada y cuya eficacia ha sido probada científicamente. Se ha demostrado su validez para una gran cantidad de dificultades psicológicas y trastornos mentales: trastornos de la ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de depresión mayor, trastorno de estrés postraumático, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, tratamiento psicológico de la fibromialgia, etc., tanto en niños como en adultos.
- Por tanto, existen muchos protocolos estructurados, con las sesiones bien definidas, y mucho material para trabajar desde esta perspectiva con los pacientes.
Limitaciones:
La terapia cognitivo conductual es muy útil cuando se inicia un proceso de terapia por primera vez o cuando la persona acude por un motivo muy concreto que desea cambiar.
Sin embargo, tiene algunas limitaciones:
- Es una terapia centrada en la persona y no tiene en cuenta el contexto. Por tanto, a diferencia de las terapias contextuales o la terapia sistémica, no investiga dónde se está dando el problema de la persona, qué dinámicas relacionales lo mantienen, qué otros aspectos del ambiente de la persona influyen en que aumente o disminuya… Por lo tanto, puede depositar demasiad exigencia sobre la persona, que se considera la principal responsable del mantenimiento del problema.
- Cuando los problemas son complejos, implican a familia o amigos, se cronifican, o tienen alto impacto emocional, la terapia cognitivo conductual tiene un efecto y un rango de acción muy limitado.
- No presta atención a la historia vital del paciente, no explora el pasado y los aprendizajes que han llevado a la persona a su presente. No explora ni atiende situaciones traumáticas.
¿Cómo aplico la terapia cognitivo conductual?
En mi consulta, uso la terapia cognitivo conductual en los primeros momentos, para ayudarnos a analizar las creencias subyacentes al problema. También, si la persona decide centrarse en un aspecto de su presente a solucionar, podemos usarla como base de la intervención, siempre complementando con otro tipo de técnicas: psicodrama, terapia centrada en las emociones, terapia de aceptación y compromiso, mindfulness, terapia centrada en la compasión, terapia breve estratégica, etc. Esto es así porque, desde un enfoque integrador, comprendemos que estas estrategias son bastante limitantes para poder hacer un trabajo profundo que rompa las barreras del malestar de nuestros pacientes.