Apoyo psicológico para el tratamiento de la fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno musculoesquelético incluido dentro de las enfermedades reumatológicas que provoca dolor crónico, generalizado e intenso. Al tratarse de un trastorno con una sintomatología física tan intensa, los pacientes pueden cuestionarse el porqué de una intervención psicológica. En este artículo te explicamos por qué el apoyo psicológico es una parte fundamental del manejo de la fibromialgia y por qué recibir terapia psicológica puede ayudarte con esta enfermedad invisible.
¿Qué es la fibromialgia?
El Colegio Estadounidense de Reumatología (por sus siglas en inglés, ACR) define la fibromialgia como “un problema de salud neurológico común que provoca dolor y sensibilidad generalizados” (ACR, 2019).
Es una enfermedad crónica de etiología desconocida que afecta al sistema musculoesquelético provocando dolor crónico (superior a 3 meses de duración) y generalizado que suele cursar por brotes.
Además del dolor, los pacientes presentan una amplia variedad de síntomas, incluyendo cansancio o fatiga, alteraciones digestivas y nefrourinarias, rigidez, alteraciones del sueño y sueño no reparador, pero también dificultades cognitivas como falta de concentración y memoria y trastornos psicológicos como depresión y ansiedad.
Tratamiento de la fibromialgia
Los pacientes con fibromialgia se ven beneficiados de una intervención multidisciplinar, farmacológica y psicológica.
Entre los tratamientos farmacológicos recibidos, constan los antidepresivos (que producen mejoras en el dolor, la fatiga, el sueño, la depresión y la calidad de vida), pero también los analgésicos y opioides entre otros.
Las terapias psicológicas que han demostrado una eficacia en el tratamiento de la fibromialgia son la terapia cognitivo conductual y la terapia de aceptación y compromiso. Puedes leer más sobre la intervención psicológica para la fibromialgia que llevamos a cabo en nuestra consulta clicando aquí.
Beneficios de la Terapia psicológica para la fibromialgia
Vivir con una enfermedad crónica que cursa con un dolor tan generalizado puede ser muy limitante para la vida de las personas. Es por ello que la mayoría de pacientes con dolor crónico, como por ejemplo aquellos pacientes con fibromialgia, se benefician de una intervención psicológica.
La terapia psicológica para la fibromialgia se centra en dos aspectos fundamentales:
- Aprender cómo el estado de ánimo afecta al dolor y viceversa.
- Aprender a identificar la relación entre cómo nos sentimos y las sensaciones fisiológicas, o cómo lo que pensamos y nuestro estado de ánimo afecta a nuestro cuerpo, puede ser crucial para modular la intensidad del dolor, si bien éste no desaparecerá.
Para ello, la terapia cognitivo conductual puede ser un punto de partida. Dentro de este enfoque, podemos actuar directamente sobre el dolor, enseñando técnicas de relajación o distracción que mejorarán directamente la percepción del dolor. Pero también indirectamente, ayudando a gestionar nuestros pensamientos y emociones.
Por otra parte, será importante trabajar la aceptación de la enfermedad y aprender a vivir una vida plena y con sentido a pesar del dolor.
Con la terapia de aceptación y compromiso buscamos los recursos personales, los valores que guían la vida de la persona y encontramos juntos una forma de adaptar tu vida para seguir haciendo aquello que te importa, comprometiéndote personalmente con tu bienestar. Además, con las técnicas de mindfulness podrás aprender a disfrutar tu vida en el presente. Se ha demostrado que el mindfulness produce mejoras en los síntomas de la ansiedad y la depresión, así como en la atención, concentración y memoria.
La intervención psicológica en fibromialgia se ha demostrado eficaz para mejorar la desregulación emocional, la tristeza y el enfado, disminuir la ansiedad y mejorar el dolor y el cansancio.
Si necesitas apoyo en tu camino para manejar la fibromialgia, puedes escribirme, estaré encantada de acompañarte.