Cómo explicar la muerte a un niño

¿Cómo explicar la muerte a un niño? Cuando sufrimos una pérdida como adultos, quedamos devastados y nuestras emociones se mezclan, siendo difícil para nosotros regularlas y, a veces, incluso expresarlas. Si, además, tenemos niños, la cosa se complica aún más: ellos notan que algo no va bien y, nosotros, en nuestro afán por protegerlos, nos cuestionamos qué es lo correcto: decírselo u ocultarlo.

Ayudar al niño a aceptar el duelo

Cómo explicar la muerte a un niño: para los peques es muy normal perder a alguien como un abuelo o abuela, será probablemente la primera experiencia con la muerte. La comprensión que tengan de este concepto y, por tanto, el modo de explicar y trabajar con el duelo va a depender de su edad.

Se puede decir que el concepto de muerte está compuesto por cinco dimensiones:

  • Universalidad: todos los seres vivos mueren.
  • Irreversibilidad: no se puede deshacer.
  • No funcionalidad: el cuerpo deja de funcionar.
  • Causalidad: algo causa la muerte.
  • Espiritualidad: concepto complejo sobre la vida después de la muerte.

Este concepto complejo se va a adquiriendo con los años: alrededor de los 6-7 años empiezan a entender que es como estar dormido, luego comprenderán que no despertarán más, que todos somos vulnerables y moriremos algún día, hasta que, alrededor de los 12 años, desarrollarán un concepto adulto en su totalidad.

Sin embargo, ¿qué pasa cuando son aún muy pequeños? Muchas familias tienen miedo de impactarles de forma negativa, pero: ¿acaso no forma parte de la vida, por muy triste que sea una pérdida? Ocultándoles la verdad les estamos privando de una parte de su experiencia, de la posibilidad de vivir emociones como la tristeza, y aprender a regularlas.

Además, en muchas ocasiones, tendemos a subestimar a los niños y niñas: los menores de 3 años, si bien no entienden el concepto de muerte, sí son sensibles a cambios en su rutina, en su entorno y en sus familiares. Por eso, imaginaos: si lo llevamos a casa de los titos, sin más explicación, ¿no se sentirán extrañados, incluso castigados? Si mamá y papá están tristes, pero yo no sé por qué, ¿no me causará más inseguridad, incluso ansiedad? Además, el abuelo ya no está, y me han dicho que se ha ido de viaje, pero yo no sé cuándo va a volver, ¿cómo viviríais vosotros esta separación, esta incertidumbre? ¿Podríais vivirlo como un abandono?

Los primeros días son complicados para los adultos, ya que tenemos que lidiar con nuestro propio duelo. A veces necesitaremos algo de tiempo, pero es importante que tengáis en cuenta lo siguiente:

  1. La única forma de no impactarles negativamente es ser honestos con ellos. Contarles la verdad, adaptada a su edad.
  2. Permitirles vivir sus emociones, ayudarles a identificarlas, expresarlas, ponerles nombre.
  3. Expresa tú también tus emociones: esto les ayudará a ver que son normales y que no pasa nada por sentirse así a veces.
  4. Podéis apoyaros en cuentos para elaborar el duelo. A mí me gustan mucho “El árbol de los recuerdos” y “La isla del abuelo” (ya que suele ser la figura que pierden más habitualmente, pero también hay cuentos para tratar duelo por hermanos, padres, madres, etc.). Mientras leéis los cuentos podéis fijaros en cómo se sienten los personajes, cómo hacen para honrar la memoria de la persona fallecida, etc.
  5. Ayudarles a elaborar el recuerdo de la figura perdida. Esto se puede hacer con un dibujo, reuniendo objetos en una cajita que le recuerden a esa persona, enseñando fotos, hablando de las cosas que le hacían feliz y nos hacían feliz de esa persona…
  6. Usa tu cultura y tu espiritualidad: en nuestra cultura, por ejemplo, hablamos de que la persona está en el cielo, podemos señalar a las estrellas y decir que nos acompañará siempre desde algún sitio, ya sea el cielo, o nuestro corazón.

Con esto, aunque no comprendan bien el concepto de muerte, les estaremos ayudando a gestionar sus emociones y a mantener un recuerdo positivo de la persona.

Manifestarse con miedo, problemas para dormir, quejas o llantos puede ser normal en un primer momento, pero si creéis que vuestro peque está pasando por un duelo complicado, acudid a un profesional que os pueda aconsejar según el caso.